Israel acusó el jueves a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de colusión con Hamás por ignorar las pruebas israelíes del “uso terrorista” de los hospitales en la Franja de Gaza.
La embajadora Meirav Eilon Shahar declaró al comité ejecutivo de la OMS que no puede haber salud en el territorio palestino si Hamás “se incrusta en hospitales y usa escudos humanos”.
En “cada uno de los hospitales que las Fuerzas de Defensa de Israel registraron en Gaza, encontraron pruebas del uso militar de Hamás”, afirmó.
“Estos son hechos innegables que la OMS elije ignorar una y otra vez. No es incompetencia, es colusión”, añadió.
La guerra fue desencadenada por el sangriento ataque de los combatientes de Hamás el 7 de octubre, que causó 1.140 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
También secuestraron a 250 personas. Israel afirma que unas 132 siguen retenidas en Gaza, y este número incluye a al menos 28 rehenes muertos, según un balance de la AFP también basado en cifras israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva militar en la Franja de Gaza que dejó al menos 25.700 muertos, 70% de ellos mujeres y menores, según el ministerio de Salud de Hamás.
El ejército israelí acusa a Hamás de emplear túneles bajo hospitales y de utilizar las infraestructuras de salud como centros de mando, algo que el grupo islamista niega.
La OMS no confirmó las acusaciones.
“En nuestras misiones no vimos nada de esto sobre el terreno”, declaró a la prensa el 21 de diciembre Richard Peeperkorn, el representante de la OMS para el territorio palestino ocupado, y añadió que la organización no estaba “en condiciones de afirmar cómo se está utilizando ningún hospital”.
“El papel de la OMS es supervisar, analizar y reportar (…) No somos (una) organización de investigación”, añadió.
No obstante, Eilon Shaher alegó que esta agencia de la ONU “sabía que había rehenes retenidos en hospitales y que terroristas operaban desde ellos”.
“Incluso cuando se le presentan pruebas concretas de lo que pasa bajo tierra y en la superficie (…) la OMS decide mirar para otro lado, poniendo en peligro a los que debe proteger”, afirmó.